Berlin jottwede - Los alrededores de Berlín

Wenn der Berliner über die Randbezirke oder das Berliner Umland redet, dann ist das meist jottwede. Also janz weit draußen. Und das stimmt dann auch, denn als Berliner ist man Strecken gewöhnt. Deswegen war es umso spannender zu erleben, mit welchen Wünschen und Vorstellungen sich so mancher Bonner, aufgrund des Hauptstadtbeschlusses in Berlin auf Wohnungs- oder Haussuche machte. „Das Regierungsviertel soll mit dem Fahrrad erreichbar sein“ – Auch wenn das Tucholsky Zitat „das Ideal“ bereits siebzig Jahre  zu früh geschrieben wurde, beschreibt es die damalige Anspruchshaltung ziemlich perfekt.

„Ja, das möchste:

Un chalet rodeado de vegetación con una gran terraza,

El mar Báltico delante, Friedrichstrasse detrás;

con una hermosa vista, rural y sofisticado,

el Zugspitze se puede ver desde el cuarto de baño -

pero no tienes que ir muy lejos para ir al cine por la noche.

Das Ganze schlicht, voller Bescheidenheit…“

Llenos de modestia y humildad, muchos aprendieron a apreciar las ventajas del campo circundante, es decir, jottwede. A nosotros también nos han echado de la ciudad en los últimos tiempos. No sólo yo, sino muchos de nuestros amigos se mudaron en los años noventa. Una buena decisión. Entonces, los alrededores aún eran asequibles. Hoy, no sólo es una buena inversión, sino que sigue siendo verde. Así que viajamos a Vehlefanz, Oranienburg y al día siguiente a Rangsdorf. Entre medias, sin embargo, siempre volvemos a Moabit. Mi amigo Uwe vive aquí, en el Spreebogen, desde hace décadas. Así que BUTCH se convierte en farolero de vez en cuando.

Pero además de amigos, también conocemos a Max. Lo conocimos por casualidad en un grupo de 4×4. Max también conduce un T6, que fue modificado por Terranger. Vive justo al lado del antiguo aeropuerto de Tempelhof. Cuando pienso en Tempelhof, me vienen a la mente las historias sobre el puente aéreo y los bombarderos Sultana, así como su contribución a la ciudad libre de Berlín. Hoy aparcamos BUTCH donde antes había Los soldados del Ejército Rojo tomaron sus fotos de la victoria. Justo al lado de la cabeza del águila, que viajó desde Berlín a través del Atlántico y de vuelta.

Charlamos un poco sobre la gasolina y discutimos la tecnología.

Más tarde, daremos un paseo por Berlín. A lo largo del río Spree hasta el Palacio de Bellevue, residencia oficial de nuestro Presidente Federal. Desde allí, por el barrio de Hansaviertel, situado entre el Spree, el Palacio de Bellevue, el Großer Tiergarten, la Straße des 17. Juni y la Königliche Porzellan-Manufaktur. Para mí siempre es un punto culminante arquitectónico. No se trata sólo de la Academia de las Artes, la Casa Eternit, varias villas Bauhaus y la finca modelo Hansaviertel Sur. Como la finca está cerca de donde vive mi amigo Uwe, he paseado muchas veces por aquí, pero siempre hay algo nuevo que descubrir.

Entre medias, nos detenemos en Konditorei Buchwald. Desde hace 160 años una institución para el Baumkuchen, pero no sólo, porque todo lo que pedimos está delicioso.

Zurück an der Spree, schauen wir uns noch die Neubebauung vom Wilhelm-Caspar-Wegely-Platz an. – „Eine Oase im Zentrum der Stadt, ein geheimes Juwel für alle Berliner und Neuberliner“. Diese Beschreibung des Bauträgers trifft nicht überall auf positive Resonanz. – Ein Sprayer hat Haus und Spreemauer mit „100% Bonzenhass“ verziert. – Halt Berliner Schnauze.

Por la noche, Uwe y yo nos pasamos al whisky. Hoy tengo mucho que digerir. Un antiguo compañero de trabajo, casi se le podría llamar amigo, ha fallecido demasiado pronto. Es la mejor manera de ahogar los pensamientos oscuros.