Regreso al futuro - Parte II

Wenn ich ein Jahr zurück blicke, befanden Torgit und ich uns fast in der gleichen Phase wie heute. – Wir packten unseren Bulli und bereiteten unsere erste große Fahrt vor. –  Es sollte nach Kroatien gehen. Wenn ich nächsten Samstag, ein Jahr zurück blicke begann unser „Regreso al futuro“ – Teil I

Damals schrieb ich: „…Zum einen schwärmt ein langjähriger Teamkollege ( ½ Österreicher –  ½ Kroate) seit Jahren von seiner Heimatstadt Rovinj, als der schönsten Stadt Kroatiens, wenn nicht der Welt…“  Heute kann ich bestätigen, Rovinj ist nett, sehr, sehr nett.

Warum ich gerade heute daran denke, hat mehrere Gründe. Fangen wir mit dem Letzten zuerst an. Während ich gerade mit einem ganz besonderen Rennrad, auf einem Feldweg stehe, ereilt mich ein Telefonanruf. Ich habe genau den o.g. Teamkollegen Zoran am Ohr. Er beginnt mit den Worten „Da Du meinen Vater gut kanntest…“ – Shit, er setzt mich von dessen Tod in Kenntnis. In solchen Momenten wird einem die Vergänglichkeit einmal mehr bewusst. – Das Haus von Zorans Vater Mirko war unsere erste Anlaufstelle in Kroatien. Wir hatten unseren Hector erst ein paar Tage und freuten uns darauf, soviele Nächte im Bus zu schlafen, wie nur möglich. Doch wir hatten die Rechnung ohne den „alten Kroaten“ und dessen Sohn gemacht. „Selbstverständlich schlaft ihr im Haus, ihr seid unsere Gäste…“. Sofort hatten wir einen eigenen Wohnungsschlüssel und fühlen uns wie zuhause. Schön, dass wir ihn kennen lernen durften. Wir haben einen besonderen Menschen kennengelernt und hatten eine tolle Zeit dort. Die Guten gehen immer zu früh. 

Durante la llamada, me siento en un banco bajo un tilo. Cuando termina la conversación, permanezco sentado un momento. - Una vez más, me doy cuenta...

Tan pronto como la decadencia es completa, la fugacidad nos alcanza.

¿Estoy melancólico hoy? - No, todo lo contrario. - Pero he estado pensando en la vida. Y la muerte forma parte de la vida. El motivo por el que hoy he tenido que pensar en ello ha sido la mencionada moto de carreras. Asocio varios momentos especiales de mi vida con esta bicicleta de carreras. Esta bicicleta de carreras, que normalmente cuelga en el garaje de mi hermano mayor Dirk, perteneció a mi padre. Antiguamente significa hace casi 35 años. Hoy la llamaríamos vintage. Sin duda, hoy vale lo mismo en euros que antes en marcos alemanes. Ya entonces era una moto de carreras bastante exclusiva. - Pero lo más especial para mí era que mi padre montaba una moto de carreras conmigo. Entonces no hacíamos muchas cosas juntos. -Estoy seguro de que era en parte porque yo era el bebé de la familia. Así que la diferencia de edad era un poco mayor. Pero ciertamente no era tan común en aquellos días que padre e hijo hicieran cosas juntos. Pero montábamos juntos en nuestras motos de carreras. Y eso hacía que todo fuera especial. 

Cuando hoy me he dado una vueltecita con esta moto, me han venido a la cabeza estos pensamientos. Gracias, hermanito, por cuidar tan bien de la moto. No la vendas nunca. 

Pero esa no fue la única mirada al pasado de la semana pasada. Nuestras actividades comerciales de las últimas semanas nos han llevado a conocer y redescubrir a muchas personas. Pero me alegró especialmente un contacto. Una joven comentó algo especialmente positivo en una de nuestras publicaciones de Facebook. Uno se pregunta quién lo comenta. Al principio no le encontraba sentido al nombre, pero luego me di cuenta de que tenemos la misma ciudad. También tenemos uno o dos contactos en común. Empecé a hacerme preguntas. Y entonces se hizo la luz. La joven era mi prima abuela, a la que no había visto nunca. Le siguió un agradable agradecimiento de mi parte, saludos a mi prima, a la que también había visto por última vez hacía muchos años. Resultó que vivía a la vuelta de la esquina. 

Poco después, estábamos sentados en un agradable restaurante con ella, su hijo y su padre, mi primo. Resultó que no sólo nos gustan los mismos restaurantes del barrio Südstadt de Colonia, sino sobre todo que la sangre es más espesa que el agua. Aunque tú y yo no nos conocemos, y mi cousin und ich seit Jahren nicht gesehen haben, fühlten wir sofort „we are family“. – Kennt ihr dieses Gefühl?