In den letzten Tagen haben wir uns natürlich auch den ein oder anderen Blog angesehen und mussten dabei feststellen, dass vor allem Profis unterwegs sind. Entweder Fotografen, Medienspezialisten oder Texter. Mit all dem können wir nicht konkurrieren. – Müssen wir Gott sei Dank auch nicht. – Denn wir wollen ja lediglich unsere Eindrücke festhalten. Was für uns den riesigen Vorteil hat, dass wir einfach drauf los fahren können. So lassen wir uns treiben und sind weder von den Lichtverhältnissen, noch von den Stellplätzen abhängig. Einen schlechten Stellplatz für die Nacht zu wählen, am nächsten Morgen vor dem Morgengrauen aufzustehen um als Erste vor Ort zu sein? – Wir schlafen da lieber aus. Und Abends genießen wir die blaue Stunde beim Kochen. Wobei wir durchaus zugeben müssen, dass was der ein oder andere dort mit seine Spiegelreflex oder Photoshop so zaubert, sieht besser aus als die Realität. Dafür ist unser iPhone leichter zu tragen. – Wie sagt das Kölsch: „Et es wie et es“

Uns treibt es heute erst einmal zur Chapelle St-Germain de la Mer, im gleichnamigen Ort. Ein Stück hinter dem Ort gibt es eine wunderschöne Aussicht vom Roche Noire. Wir nutzen diesen Platz fürs Frühstück. Entsprechend gestärkt versuche ich, Marc die ersten „Gehmomente“ mit unserer neuen Drohne, eine DJI Mavic Air. Das Ganze ist doch sehr gewöhnungsbedürftig. Bis hier Bilder zu erwarten sind…

Seguimos por Pointe de Crissouet, Port à la Duc, Pointe de Muret hasta Fort la Latte, también conocido como Château de la Roche Goyon, o Roc'h Goueon en bretón. Prácticamente nunca perdemos de vista el mar. Como es domingo, hay otro flujo de visitantes desde el aparcamiento que se dirigen hacia el fuerte, una antigua fortaleza del siglo XIII. Preferimos caminar un poco por el sendero costero, el famoso sendero de los aduaneros GR34. Por un lado, no nos molestan y, por otro, conseguimos sacar una o dos fotos bonitas. Pero, sobre todo, disfrutamos de la maravillosa vista y del aire salado del mar.

 

Desde Fort la Latte, ya se divisa el Cap Fréhel. Desde el fuerte hasta el cabo hay un paseo de 90 minutos por los acantilados. La vista es sencillamente impresionante. Aquí hay una cosa por encima de todo: ¡¡¡naturaleza en estado puro!!! - Las formaciones rocosas descienden hasta 70 metros casi en vertical hacia el mar. Si lo desea, puede aventurarse hasta el borde. No hay muros ni vallas que obstaculicen la vista. - Aulagas, narcisos y, sobre todo, brezos crecen casi hasta el borde, coloreando el cabo en tonos rojos y verdes. 

El promontorio rocoso está formado por arenisca de color rojizo y granito rosa. Estas formaciones rocosas dan nombre a la Côte de Granit Rose. No sólo las gaviotas revolotean en el aire, la reserva ornitológica alberga innumerables especies de aves marinas. - Por desgracia, no vemos ningún pingüino. 

Perdemos rápidamente la noción del tiempo mientras los buscamos. - Al fin y al cabo, fueron las damas y caballeros de frac quienes nos atrajeron hasta aquí. - Pero sería una pena quejarse de este lugar. 

Como resultado, llegamos de vuelta a nuestro camping justo antes de la hora de cierre. - Pero teníamos muy buenas intenciones. 

La idea del día: no conseguir lo que uno piensa también puede ser un placer.

Allgegenwärtig sind die in die Mauern eingelassenen Spenden“büchsen“ der französischen Seenotretter. Beim Blick in die speiende See, wird einem mal wieder bewusst, was diese und auch die Deutschen Kollegen, alltäglich übermenschliches leisten. – Erst vor drei Monaten starben drei französische Seenotretter, vor der Küste der westfranzösischen Hafenstadt Les Sables-d’Olonne, während eines Einsatzes für einen vermissten Fischkutter, der im schweren Sturm kenterte.

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